Ecosistema Artificial
Un ecosistema artificial es aquel ecosistema cuyo ambiente ha sido intervenido por los seres humanos. Estas intervenciones antrópicas pueden ser pequeñas, como la creación de un camino dentro de una reserva natural, o pueden ser relevantes, como la construcción de un oasis de riego y de una ciudad.
Actualmente, en el planeta Tierra existen pocos sitios prístinos, es decir, que no han sufrido ninguna alteración humana. Por lo general, estos lugares se encuentran en zonas de difícil acceso. Si bien existen muchos esfuerzos por preservar distintos ecosistemas globales, la mayoría han sido afectados en el pasado o aún mantienen algún tipo de intervención humana.
Los ecosistemas artificiales presentan las siguientes características:
Han sido o son intervenidos por los seres humanos.
Poseen redes tróficas más sencillas que las de los ecosistemas naturales.
Presentan una menor diversidad biológica cuanto mayor es la intervención antrópica.
Incluyen diversas construcciones humanas dentro de los factores abióticos, como caminos, puentes, viviendas y diques, entre otras.
Pueden tener controladas algunas condiciones ambientales, como la disponibilidad de agua y de nutrientes, las horas de luz y la acidez del medio, entre otras.
Ecosistemas urbanos
Son las áreas urbanas que se han construido sobre ecosistemas naturales de los que, en muchos casos, ya no quedan vestigios. Por lo general, no son sistemas productivos sino que la materia y energía que consumen se extraen de otros ecosistemas.
A su vez, son grandes generadores de contaminación atmosférica, hídrica, térmica y del suelo. Esto no solo afecta a los ecosistemas urbanos sino también a los ecosistemas circundantes. Por ejemplo, los gases de efecto invernadero generados por el transporte y la industria se diseminan en la atmósfera y tienen un efecto a escala global.
Ecosistemas agropecuarios
Son las áreas destinadas al desarrollo de la agricultura, la ganadería y la silvicultura. También reciben el nombre de agroecosistemas. En estos casos, los ecosistemas naturales se han transformado para maximizar la obtención de distintos recursos: alimentos, fibras textiles, madera e, incluso, energía.
En estos ecosistemas se favorecen determinadas especies en detrimento de otras, por lo que la biodiversidad es menor que la de los ecosistemas naturales originales. Además, suelen recibir aportes extra de nutrientes y de agua, por ejemplo a través de los fertilizantes y del riego.
Ecosistemas de embalses o represas
Son áreas que cambiaron su fisonomía y dinámica debido a la instalación de un dique o una represa. Estas construcciones se utilizan para regular el caudal de un río, almacenar agua y, en ocasiones, generar energía.
Rio arriba de esta construcción se inundan ambientes y se acumula el agua dando lugar a un embalse. Por lo que el río se transforma en un ambiente léntico y se altera la flora y fauna características del ecosistema original.
Río abajo del dique, el caudal del río se vuelve regulado por los seres humanos, lo cual también altera el ecosistema natural. Además, la represa actúa como una barrera para la fauna acuática.




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